El Celta se ganó el derecho a soñar

El Celta se ganó el derecho a soñar
Los cuartos, como en Nochevieja, anunciaban el principio de una noche movidita. Los de Vigo ya traían en el cuerpo la resaca de otra fiesta, la del Bernabéu, y sufrieron. Por momentos, los nervios celestes y la borrachera de esperanza parecieron presagiar que Caperucita terminaría siendo comida por el lobo.
El Celta no hizo un partido vistoso. Los nervios se apoderaron de la plantilla desde el pitido inicial y los jugadores, por momentos, se convirtieron en rígidos muñecos de futbolín que se afanaban por despejar y desviar balones lejos de su área. Con todo, la estrategia funcionó. Los blancos se contagiaron de esa partida de futbolín y Danilo envío un rebote de Kiko Casilla dentro de su propia portería. El Madrid tenía que marcar 2 goles para ponerse por delante de la eliminatoria, pero marcó 3, y uno de ellos fue en el lugar equivocado.
Como bien dijo Berizzo, “en Madrid, el Celta se ganó el derecho a soñar”. En Vigo, a falta de 45 minutos para el final y con un 1-0 en el marcador y un estadio lleno hasta reventar, el equipo mantuvo el tipo. Jugaron un fútbol adulto, ese al que tan poco acostumbrados están los celtiñas, pero con el que hay que saber gestionar las grandes ocasiones. Y funcionó.
Con el Madrid (o lo que las bajas dejaron de él) volcado, el Celta defendió su ventaja como mejor sabe, con goles. Daniel Was aprovechó los mejores minutos del Celta, los pocos en los que el Celta fue el Celta, para anotar un tanto que caía como una bombona de oxígeno en todas las almas celestes. Los de Zidane lo intentaron hasta el último minuto, tanto que el de La Coruña (Lucas Vázquez) alargó el sufrimiento hasta el último segundo. Y, por suerte, Ramos no despertó a Balaídos en el 93′ del sueño copero.
Hay ganas entre los celestes de jugar una final, de hecho el club no se ve en un escenario así desde el año 2001, precisamente en Copa del Rey. En esa ocasión, con un enorme Mostovoi a los mandos, salieron derrotados ante un Zaragoza que logró la hazaña con remontada incluida. Los de Vigo perdieron la final del 2001, igual que la del 94 e igual que la del 48…
El Celta es un equipo pequeño, pero quizás su palmarés no le haga justicia. Sus logros se limitan a un insulso título de Intertoto y tres platas en la Copa. Por eso mismo lo anunciaba Iago Aspas hace unas semanas, si algo le falta a este club son títulos.
De momento, la ilusión sigue instalada en Vigo. Especialmente hasta el sorteo de este viernes, en el que se conocerá el rival del equipo para semifinales y donde, seguramente, los hombres de Berizzo le pidan a la suerte que sea el Alavés su pareja de baile. Aunque es por todos bien sabido, que no hay que ponerle diques al mar y cuando un equipo está desatado puede tumbar a cualquier gigante.
Los sueños, sueños son… Pero de momento, el R.C Celta de Vigo sigue dormido, hecho un ovillo y disfrutando de un viaje rumbo a la final de Copa.
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