“RAFA NO ME JODAS”. EL ETERNO DEBATE

“RAFA NO ME JODAS”. EL ETERNO DEBATE
¿Dirías que el eterno debate futbolero en España es aquel que discute si el Barça es mejor que el Madrid? ¿O aquel que trata de decidir si Messi es mejor que Cristiano? Ni Madrid, ni Messi, ni todo lo contrario. Lo mires por dónde lo mires, los árbitros son siempre el centro del debate. Es curioso, no hay nada más histórico en el fútbol que el profundo odio hacia el colegiado. Algo que, por otro lado, une y enfrenta aficiones a partes iguales.
Une, sin duda alguna, porque no hay cosa más humana que esa amistad que se genera del odio en común hacia otro individuo. Hablo de ese sentimiento primitivo que en irrepetibles ocasiones ha llevado a una marea ingente de aficionados a recordarle al árbitro desde la grada de quién es hijo. Por cierto, una actitud tan absurda y entrañable al mismo tiempo que me recuerda a aquellos años de preescolar donde veinte mentes en desarrollo descubren por primera vez ante la señorita profesora que la unión hace la fuerza.
Así es, doscientas mil gargantas gritando al unísono la presunta profesión de la madre señor Undiano Mallenco, Clos Gómez o Velasco Carballo no se traduce en otra cosa más que en una postura infantil y zoqueta digna únicamente de una especie tan poco evolucionada como la nuestra. Sin embargo, como para muchas otras cosas, todo se resume en una cosa: es tradición. Así pues, mejor dejarlo estar.
Esa raza superior que son los americanos todavía no acaban de entender por qué no acabamos de una vez por todas con toda esta polémica arbitral. Ellos lo ven tan sencillo que todavía no dan crédito a nuestra necedad. Con tan sólo aplicar una pequeña parte de nuestra evolución tecnológica al mundo del fútbol se acabarían los cientos de berrinches absurdos que contraen cada fin de semana los hinchas de cualquier club europeo. De hecho, lo tienen tan claro que ya lo han aplicado en el basket o en el fútbol americano; una sencilla repetición y se acaba el debate sobre si la falta es o no dentro del área.
Aquí, de momento, hemos aceptado esos micros que llevan los árbitros y hacen que se parezcan cada vez más a Chayanne sobre el escenario. También hemos tragado con ese spray que impide ganar unos metros a la barrera cuando el rival va a tirar una falta, pero lo que no toleramos son las repeticiones a la hora de decantarse por una decisión vital en el transcurso del juego. AH NO, POR AHÍ SÍ QUE NO.
Nos gusta la polémica. Queremos seguir debatiendo. Queremos discutir. Queremos argumentar. Queremos que el libre albedrío, algo muy humano por cierto, siga formando parte del juego. Porque si reducimos también el fútbol a una fórmula matemática: ¿no se convertirá contradictoriamente en un deporte más básico y primitivo?
La verdad es que no sé cuál será el motivo para seguir aplicando reglas del Pleistoceno en el siglo XXI. Puede que tenga cierta carga de romanticismo y nos guste dejar las cosas como están, puede que de este modo tengamos un motivo más para ver el partido en el bar, puede que de esta forma se vendan más periódicos deportivos o, sencillamente, puede que nos guste discutir. Sea como sea, manteniendo esta tradición milenaria conservamos también esta liga desconocida que es la de los señores colegiados:
Comentarios ( 2 )
Que curiosa la lesión está del linier del Clasico, no se vaya a decir que han habido presiones! :p …y hablando de Linieres, un linier de Mateu La Hoz en Saint Denís, el día de los atentados de París, jugo conmigo a fútbol en categorías inferiores, y os aseguro que era un mediapunta promesa del fútbol valenciano! 😉 FELICIDADES por el artículo Bea. A ver si ganáis el derbi gallego el finde! :p
Muchas gracias, Agus, ya ves que «a buenas horas» leo esto… No hubo mucha suerte en el derbi, esperemos que hoy los primos asturianos se porten mejor!