Adiós Chespirito, el más famoso Americanista
Escrito por Maggie Alonzo
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- 26 diciembre 2014
- en Más Fútbol
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Hace unas semanas Latinoamérica sufrió la pérdida de uno de sus más grandes humoristas, Roberto Gómez Bolaños, conocido como Chespirito. En este espacio no haré un recordatorio de sus mejores programas ni de los icónicos personajes que interpretó a lo largo de su vida en la pantalla, sino que hablaré de su lado futbolero.
Chespirito fue un referente del humor blanco por muchas décadas. Lo vieron los abuelos, los padres, nuestra generación y lo verán las generaciones venideras y, como buen latinoamericano, por supuesto que amaba el fútbol y «para qué le digo que no, si sí» porque su equipo fueron las águilas del América.
Voy a contextualizarlos un poco para los que no siguen la Liga MX de lo que significa ser americanista y es que en un par de ocasiones he tenido la oportunidad de estar, junto con 90mil o 100mil almas, en el monumental Estadio Azteca escuchando los cánticos que animan al equipo más popular de México.
¿Qué es el América? Creo que mis descripciones se quedarán cortas, pero hay unas frases que me encantan: aunque a los rivales les suene a prepotencia: #OdiameMás y #GrandeAunqueTeDuela. Es que el América es un club muy antiguo, el gigante de la televisora mexicana es de sus principales patrocinadores y además, por ser de la capital, tiene fuertes rivalidades con los Pumas de la UNAM y el Cruz Azul.
El día de juego se ve el metro lleno de banderas y camisetas amarillas, las calles aledañas al azteca se llenan de familias que van al Azteca. Fuera del estadio puedes probar las deliciosas tortas de jamón, las que fueron las favoritas del Chavo del Ocho, uno de los tantos personajes que caracterizó Chespirito y para que magnifiquen el fanatismo que él tenía por el América, en sus dos películas de «El Chanfle«, la ocupación del personaje era ser el “aguarero” (abastecedor de agua) del América. Creo que el trabajo soñado por muchos por el simple hecho de la cercanía que implica con uno de los equipos favoritos de la afición.
Volviendo al Azteca en día de juego, es emocionante entrar y ver ese terreno de juego. Dos grandes del fútbol mundial se han consagrado en ese campo: Pelé en 1970 y Maradona en 1986. ¡Qué suerte ha tenido México! y sobre todo, el Azteca, por haber visto a estos astros y a otros tantos brillar en todo su esplendor. Sin embargo, estoy segura que los americanistas tienen otra cosa en la mente: la victoria. Para el América nunca será suficiente el esfuerzo si no se gana, es un club de triunfos y por tanto tiene una afición exigente pero leal. Desde antes que empieza el partido se escuchan los gritos y cánticos apoyando al equipo, se escuchan silbidos que por respeto a los lectores no traduciré cuando despeja el portero del equipo rival, todo es parte del sentimiento. En el descanso Celeste, el águila, vuela sobre el estadio y se posa sobre el balón en el centro del campo, produciendo así un estallido de aplausos. ¿Cuántas veces habrá Chespirito presenciado un juego del América? Probablemente muchas. Es por ello que en el juego de semifinales los americanistas le rindieron un merecido homenaje luciendo una camiseta de despedida.
Y su último y emotivo adiós fue en ese mismo escenario, el Azteca. Donde tantas veces vivió el final del partido celebrando triunfos o llorando derrotas, miles de mexicanos y personas de todo el mundo asistieron a darle un último adiós utilizando antenitas del Chapulín Colorado, vestidos como el Chavo o como alguno de sus otros tantos personajes. Fue impactante ver el Azteca no corear al América sino a «Chespirito», fueron emotivas las palabras que tanto americanistas como Chivas, seguidores de los Pumas o bien Cementeros dedicaron al unísono en la despedida de quien fuera un fanático americanista.
Ahora el Estadio Azteca deja el luto y vestirá sus mejores galas y el América espera darle un último homenaje a Chespirito: el campeonato, porque las águilas que lo dejarán todo y que parten como favoritas para esta gran final.
He tenido el privilegio de estar en el Azteca para ver al América en una final y he de decirles que la presión que el estadio y los americanistas meten al rival es tan fuerte que los Tigres al entrar al campo no podrán evitar decir «¿y ahora, quién podrá defendernos?»
Si tienen la oportunidad, disfruten del espectáculo que está asegurado y esperemos que al final ganen las águilas.
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